Drabble YS *Q*

u.u si pues otro drabble... ¡El YS tiene la culpa! Quién les manda a ir tan sexys por la vida *Q*

~~YooSu~~

Lo haces con absoluta facilidad, me seduces con cualquier detalle. No importa si has cambiado el color de tu cabello o el barniz de tus uñas para un Musical, en el fondo sabes que todo lo que haces -y aún más lo que dejas de hacer- me vuelve loco.

Cómo te explico, Junsu ah, que es imposible arrancarte de mi mente, que ahí donde camino, ahí donde respiro, ahí donde duermo, ahí donde todo lo que hago, pienso y digo; estás tú.

Sonríes con aquella ternura tan tuya y doblegas de nuevo mis sentidos, ladeas el rostro y acomodas el rubio mechón que cae sobre tu frente. Todavía llevas aquel delineador oscuro que resalta la sensualidad de tus facciones, y con los labios húmedos por la forma en que has paseado tu lengua por ellos, te acercas caminando con seguridad.

Me atrapas en tus brazos y tu pecho choca con el mío, siento tu respiración en mi oído y luego aquel susurro que acelera mi corazón y manda sobre mi cuerpo...

- Tómame, Yoochun ah; hazme el amor...

Mordisqueas mi lóbulo y jugueteas con los cabellos de mi nuca, me provocas de nuevo sin necesidad de más palabras, me es suficiente con el calor de tu cuerpo y las insinuaciones de tu aliento como la perspicacia de tu lengua ingrata que recorre mi cuello...

- Su ah… - murmuro apenas consciente de todo, mis manos se asieron a tu cintura con ansia, mis labios buscaron los tuyos con gula, te besé como nunca, mordisquee tu labio inferior con toda la intención de reclamarte mío.

Es que últimamente parece que solo quieres seducir al mundo y te olvidas de mí. Lo sé, exagero y mis celos pueden más que absolutamente toda razón o lógica.

Te agarraste con fuerza a mi cuello y luego anclaste tus piernas alrededor de mi cintura aumentando la intensidad del beso. A veces cuando pareces tomar la iniciativa me asusta un poco. No, no es que piense que vas a querer mandar, y en dado caso no me preocupa tanto; es más como la inquietud de que cambies, a veces cuando la sensualidad transpira por cada poro de tu piel, echo en faltahago, pienso y digo; estás tú.

Sonríes con aquella ternura tan tuya y doblegas de nuevo mis sentidos, ladeas el rostro y acomodas el rubio mechón que cae sobre tu frente. Todavía llevas aquel delineador oscuro que resalta la sensualidad de tus facciones, y con los labios húmedos por la forma en que has paseado tu lengua por ellos, te acercas caminando con seguridad.

Me atrapas en tus brazos y tu pecho choca con el mío, siento tu respiración en mi oído y luego aquel susurro que acelera mi corazón y manda sobre mi cuerpo...

- Tómame, Yoochun ah; hazme el amor...

Mordisqueas mi lóbulo y jugueteas con los cabellos de mi nuca, me provocas de nuevo sin necesidad de más palabras, me es suficiente con el calor de tu cuerpo y las insinuaciones de tu aliento como la perspicacia de tu lengua ingrata que recorre mi cuello...* la dulzura de tus años más juveniles, de la inocencia de tu mirada aniñada o la ternura de tus mejillas sonrosadas.

- Te Amo, Yoochun ah… - murmuras contra mis labios cuando te separas. Labios húmedos, mejillas rojas, calor… todavía me vuelves loco a pesar de que ya no eres el muchachito aquél del que me enamoré…

- yo también Te Amo, Junsu… - sonrío y comienzo a caminar contigo entre mis brazos asido a mi cuerpo, me devuelves la sonrisa y en el transcurso hasta nuestra habitación no escatimas en más besos…

Besos calientes de encendidas caricias que aumentan la necesidad de nuestra unión. Caemos sobre la cama entre almohadones desordenándolos cuando buscamos una mejor posición. Nuestros cuerpos se acoplan con perfección y el murmullo de nuestras ropas rozándose pronto nos recuerda cuán estorbosas son.

Me miras, sonríes con sensualidad y sin despegarme la mirada te apartas, abandonas nuestro lecho y comienzas a tararear. Siempre lo haces, no importa el momento, la situación o el rumbo que toman nuestros acercamientos. Te mueves y sigo la figura de tu cuerpo, te devoro con la mirada sin inmutarme el que te des cuenta de la lujuria que destellan mis ojos negros. Tus delgados dedos se encargan de cada botón haciendo tortuosa la espera, despacio retiras la camisa y muestras primero la desnudez de tus hombros, le sigue el pecho y pronto tu torso atrae del todo mi mirada. Me levanto y te sigo, te abrazo y te beso con pasión, jadeas y te pegas más a mí mientras luchas por arrancarme mi camiseta.

Volvemos a caer sobre el colchón, tú encima de mí; tus manos se apresuran entre nuestros cuerpos luchando esa vez con mis jeans. Sonrío divertido y te distraigo apretando sin pudor tu trasero, te dejo sentir el morbo de mis acciones con cada nuevo apretujón en aquella carne torneada que sabes altera de sobremanera mis sentidos. Jadeas y gimes guturalmente, besas mi pecho y te entretienes en mis pezones; quieres vengarte por la tarea de mis manos en tu trasero, me invitas a jadear contigo y enloquezco otro poco.

- Entonces… ¿Te lo hago ya, Susu?... – pregunto entre jadeos de voz enronquecido que viene de la excitación compartida. Me deshago de tus pantalones y enarco una ceja a modo de reproche cuando noto la ausencia de ropa interior…

- ¿Sorprendido?... – me guiñas un ojo y juegas con mi nulo autocontrol cuando tomas tu erección y masajeas lentamente al tiempo que abres más tus piernas y tu mano libre viaja por tu espalda hasta tu propia intimidad… - ¿Qué esperas, Chun? Tómame…

Ordenas con sugestión, tiemblo y siento mi falo hincharse mucho más. Termino de desnudarme y casi con urgencia te tumbo dejándote bajo mi cuerpo, abres tus piernas y yo no dudo en colocarlas sobre mis hombros, necesito más espacio para acceder con prisa a tu intimidad. Lames mis dedos con candor y veo en tus castañas pupilas el calor de la lujuria.

Has cambiado Junsu ah.

Pero todavía eres mi delfín travieso y en el fondo de las cuencas castañas vislumbro la inocencia de tu ternura natural.

Porque lo has dicho, hacemos el amor.

- Chun… - arqueas la espalda y cierras los ojos gimiendo mi nombre… he introducido dos dígitos de una en tu entrada… respiras agitado y mordiéndome los labios aguardo a que te acostumbres un poco. No sé qué me llevó a apresurarme. Mentira, sí lo sé, eres tan endemoniadamente sexy que no tengo control sobre mis acciones, un día terminaré violándote en vía pública como sigas siendo tan… tú.

Abres los ojos y me miras, sonríes y agitas las caderas, me brindas un silencioso permiso para continuar. Más jadeos arranco de tu garganta conforme trabajan mis dedos en tu interior, me recreo la mirada con tu imagen gozosa mientras disfruto también del calor de tus paredes, de la carne húmeda de tus pliegues internos, de la estrechez de tu cavidad. El tercer intruso se cuela atrayendo un suave gesto de incomodidad en tu rostro, te muerdes los labios y juegas con tus pezones. ¿Es que pretendas acabar con cada gramo de cordura en mí?

- Yoochun ah… Chun… Chunnie… - gimes una y otra vez para mí, sabes que me gusta, que trastocas mis sentidos, que te deseo demasiado… te masturbas y te acaricias disfrutando al mismo tiempo de mis dedos jugueteando en tu interior, te observo detenidamente y casi pareciera suficiente para correrme. Pero no lo quiero así…

- Junsu ah, sujétate… - me acerco de nuevo a ti inclinándome sobre tu cuerpo, me enfocas medio perdido en excitación y obedeces casi por instinto. Te aferras a mi espalda y tomas una respiración profunda, sabes lo que viene.

Te penetro de una, rápida y profundamente. No espero y comienzo el vaivén. Me sumerjo en tu interior con pasión, nado en el océano del interior de tu boca y me robo hasta el último suspiro que intenta escapar de tus labios.

Sudas y te mueves siguiendo mi ritmo, escondes tu rostro contra mi cuello y hombro, lames, besas, muerdes cada centímetro de piel a tu alcance, gimes en  mi oído y aumentas el calor de nuestros cuerpos. Así se danza cuando se hace el amor. El día que muera, que sea entre tus brazos, impregnado de tu aroma, rodeado de tu calor, cobijado por tu amor.

Es demasiado pronto, casi reniego al sentirlo, quiero seguir embistiendo contra tu frágil cuerpo pero se anuncia; siento también el líquido preseminal que suda de tu miembro preso entre nuestros cuerpos, la tensión de tus músculos acompasando los míos, lo ronco de tus gemidos, lo caliente de tu piel… te corres primero y en aquel acto se comprime deliciosamente tu entrada, me sofoco en tu interior y estallo en medio de un espasmo que me sacude cayendo sobre tu cuerpo.

- Sabes cómo volverme loco, Junsu ah… - te digo apenas recupero un poco de aliento… beso a tientas tu rostro sin importarme qué porciones de suave piel alcanzan mis labios…

- Eso es, porque tú también me enloqueces a mí, Yoochun ah… - sonríes ladino y me empujas instándome a dejar de aplastarte. Ruedo a un lado y me sigues recostándote en mi pecho, tus dedos tamborilean marcando el ritmo de los latidos de mi corazón… - ahora van rápidos, igual que los míos…

- Es normal… - susurro largando involuntariamente un bostezo… hemos tenido agendas apretadas y hacerte el amor parece haberse robado la mayoría de mi energía… me ataca un pensamiento patético, yo todo un semental cansado, malditas ironías de la vida.

- Lo sé, Chun… - sonríes y pellizcas un trozo de piel bajo mi pezón derecho, me quejo y tu solo lanzas una risita besando luego la piel enrojecida por tu maltrato… - Ahora van más lentos, pero sabes Chunnie; tu corazón y el mío siempre parecen ir al mismo ritmo…

- por supuesto, eso es porque nos amamos, Su… - atraigo tu rostro y te beso… me recibes con la mayor de las dulzuras y te colocas sobre mí, descansas en mi regazo y comienzas de nuevo… tus manos acarician sugestivamente mi pecho y mi abdomen, gimo entre tus labios cuando rozas con tus yemas mi miembro liberado…

- Yoochun ah, ahora quiero que tengamos sexo… - ronroneas en mi oído… ¡Y mierda! Es un hecho que ésta noche no dormiremos nada…

Pero qué importa.

Todo sea por dejar que Mi Junsu saque toda esa sensualidad a flor de piel.

Eso o terminaré quemando revistas y borrando videos.

Todo mundo quiere violarte. Pero que le quede claro a todos.

Kim Junsu es SOLO MÍO.

*FIN*